6 mar 2009

Estatizaciones en la cuna del capitalismo



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El gobierno de Gordon Brown no tuvo el menor escrúpulo en expropiar a los accionistas de los bancos desfondados, aun a pesar de las múltiples demandas judiciales a las que se verá enfrentado.



Los británicos han abierto camino: En la patria del capitalismo, en la tierra originaria del “liberalismo manchesteriano”, uno tras otro, los bancos han ido cayendo bajo control del Estado. Y no se adivina el final; la onda de la crisis crediticia sigue su curso de propagación. Precisamente un banco estatizado, el Northern Rock, con el que comenzó la danza en otoño de 2007, ha sido ahora el primero en volver a abrir la espita del crédito. La estatización, salvación del sistema bancario: ésa es la cuenta que parece echar el gobierno británico.

De lo bueno, lo mejor

Llegó tarde el cambio para Norhern Rock. La institución cayó ya en dificultades en septiembre de 2007. La primera gran carrera de depositantes desesperados por recuperar sus ahorros de un banco saltó a la primera plana de la prensa mundial. Sólo tras dudar durante meses, se apresuró el gobierno de Brown a estatalizar el quinto mayor banco hipotecario del país. El siguiente, en septiembre de 2008, fue Bradford & Bingley. La renombrada caja de ahorros inmobiliaria, con 2,7 millones de clientes, poseía hipotecas de alto riesgo –tranquilamente depreciables— por valor de 35 mil millones de libas esterlinas. Incluso procediendo a subastas forzosas, sólo podía salvarse una parte. De aquí que, desde comienzos de 2008, el banco perdiera el 93% de su valor bursátil, lo que obligó al Estado británico tomara el control del negocio hipotecario de Bradford&Bingley por 70 mil millones de libras esterlinas. La sección de ahorro del banco (20 mil millones de libras en 200 filiales) pasó por le ridículo precio de 600 millones de libras al gran banco español Santander, uno de los pocos que hasta ahora han salido ganando con la crisis.

A comienzos de 2009, el Estado tuvo que echar otra mano y tomar el control del grueso del otrora segundo banco de Gran Bretaña, el Royal Bank of Scottland. En buena forma de esta suerte, se puso entonces proa a la fusión forzosa de otros dos perdedores: el Lloyds TSB y el HBOS. El Estado acabó como propietario del 40%.

A comienzos de esta semana se hizo público el último plan de rescate del gabinete Brown. Ocho casas financieras –Abbey, Barclays, HBOS, HSBC, Lloyds TSB, Nationwide Building Society, Royal Bank of Scottland y Standard Chartered; de lo bueno, lo mejor– van a ser parcialmente estatalizadas, recibiendo un total de 50 mil millones de libras esterlinas en concepto de recapitalización. Huelga decir que una ayuda estatal forzosa de estas dimensiones, con miles de millones del sufrido contribuyente, favorecerá la aceleración artificial de un proceso normal en toda crisis financiera: la concentración del capital bancario.

Bancos hipotecarios como el Northern Rock y B & B han contribuido ciertamente a hinchar desapoderadamente la burbuja inmobiliaria, pero sólo discretamente se han involucrado en la especulación internacional con “productos financieros estructurados”. A diferencia de los bancos sólo dedicados a la inversión, pueden sentirse felices de disponer de millones de clientes y de miles de millones en depósitos de ahorro. Aun a costa de un terremoto financiero, el gobierno de los EEUU puede dejar caer a un banco de inversión como Lehman Brothers, pero en el caso de un banco comercial o hipotecario normal la cosa es muy distinta, sobre todo en un país como Gran Bretaña, en donde la mayoría de la gente es propietaria de vivienda.

La expropiación ineludible

Naturalmente, el Estado británico tiene que expropiar a los accionistas de los bancos cuyo control se dispone a tomar. En los hechos, eso no significa sino obligar a pagar a los propietarios de acciones, en vez de permitirles mantener los títulos y esperar a tiempos mejores. Los accionistas que pleiteen para conseguir del Estado una reparación de mayor cuantía para unos títulos que han perdido valor de mercado lo tienen difícil. Tendrán que hacer creíble ante tribunales que sus acciones podrían llegar a “valer” en el futuro mucho más de lo que valen hoy. Dicho de otro modo: tendrán que pleitear para que el Estado les pague por futuribles ganancias en cursos venideros de los mercados de valores.

La “pérdida de ganancias” es, ciertamente, un fundamento de demanda viable en el derecho civil, el cual, antes como ahora, reconoce al buen burgués un derecho humano a la ganancia especulativa, sean cualesquiera las circunstancias. En vez de hacer pagar a los accionistas, también se puede proceder a recortar sus derechos, por ejemplo, mediante una emisión masiva de las acciones preferenciales que compra el Estado (y eventualmente, vende). Tampoco le ha temblado la mano al gobierno de Brown ante esta maniobra, que, simplemente, queda la mar bien cuando se estataliza en masa a los bancos al tiempo que se proclama que se trata sólo de una “solución transitoria de emergencia”. Pero no lo es. Como enseña el caso de Northern Rock, el Estado británico se sirve ahora de su enorme influencia en el sector bancario para hacer que vuelva a fluir el crédito. Si esto funciona, ¿por qué debería soltar los bancos estatizados, esa excelente palanca para una política económica expansiva?

¿Y qué pasa con las plantas superiores del negocio? Si los bancos son estatalizados, los banqueros se convierten en empleados públicos. Su nuevo empleador no tiene, pues, que preocuparse de lidiar con los males de las bonificaciones y las exorbitantes remuneraciones. En los gloriosos tiempos de la especulación, los bancos de inversión fueron las estrellas pop de la Gran Bretaña, o los “amos del universo”, como se decía en los EEUU. Toda esa gloria dispensada a vulgares delincuentes se terminó. Para millones de pequeños propietarios de viviendas hipotecadas la estatización de los bancos viene, en cambio, como un destello de esperanza: porque el Estado británico, y particularmente el gobierno laborista, no puede permitirse un aldabonazo en la puerta de centenares de miles de hogares británicos para presentar una orden de ejecución hipotecaria. Michael Krätke - Freitag/IAR
Es miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, es profesor de política económica y derecho fiscal en la Universidad de Ámsterdam, investigador asociado al Instituto Internacional de Historia Social de esa misma ciudad y catedrático de economía política y director del Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de Lancaster en el Reino Unido.

El Estado británico cada día toma mas terreno privado


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El Tesoro británico y el Lloyds Banking Group podrían cerrar hoy el acuerdo por el que el Estado garantizaría 258.000 millones de libras (281.000 millones de euros) de activos tóxicos del banco y con el que aumentaría su participación al 70%. Por su parte, se calcula que el Gobierno alcanzaría el 60%, y también dice que garantizaría los activos del banco.

Tal y como afirma el hoy el Financial Times, las negociaciones sobre la inclusión de Lloyds Banking Group en el Programa de Protección de Activos del Gobierno británico estarían avanzadas y contarían con autorización del ministro de Economía, Alistair Darling, para asegurar activos de dudoso cobro por valor de 258.000 millones de libras.

La mayor parte de estos activos tóxicos procederían de la cartera hipotecaria del HBOS, la entidad que el Lloyds rescató el pasado septiembre en una operación coordinada desde el Ejecutivo británico.

El acuerdo propuesto por el Gobierno al consejo de administración de la entidad exigiría el pago de un honorario a través de la emisión de acciones de tipo B -que no dan derechos de voto, pero sí se benefician del pago de dividendos-, con las que el Estado pasaría a controlar el 53% del Lloyds (LLOY.LO

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Última noticiaReino Unido podría alcanzar el 70% del fusionado Lloyds-HBOS y garantizar sus activos tóxicos Ver más resumen noticias perfil gráficos histórico ).

Asimismo, el acuerdo incluiría una cláusula en virtud de la cual las acciones preferentes que posee el Estado se transformarían en acciones ordinarias, lo que aumentaría la participación final hasta el 70%.

De producirse finalmente este hecho supondría un duro golpe para el presidente del Lloyds, Victor Blank, quien ha repetido en numerosas ocasiones que no desea ver que se aumente la participación del Estado en el banco más allá del 43% actual.

La semana pasada fue el Royal Bank of Scotland (RBS.LO

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Última noticiaReino Unido podría alcanzar el 70% del fusionado Lloyds-HBOS y garantizar sus activos tóxicos Ver más resumen noticias perfil gráficos histórico ) el que puso bajo protección oficial activos tóxicos por un importe de 325.000 millones de libras (364.000 millones de euros).

El pasado 19 de febrero el Ejecutivo de Gordon Brown anunció la puesta en marcha del Programa de Protección de Activos, una medida destinada a garantizar las inversiones y deudas tóxicas (títulos de bajo valor o créditos de difícil cobro) de las entidades financieras para que puedan reanudar los niveles normales de concesión de créditos.

Al acogerse al plan, los bancos deben informar al Estado de cuánto esperan perder por culpa de sus activos tóxicos y el Tesoro puede asegurar hasta un 90% de las pérdidas adicionales previstas.

Desempleo en EEUU supera las peores previsiones


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El presidente Barack Obama no quiere que cunda el desánimo en EE UU y ha afirmado hoy que no acepta "un futuro de desempleo en este país", al referirse a las cifras de paro dadas a conocer hoy. En declaraciones efectuadas en Columbus (Ohio), donde participa en un acto de graduación de nuevos policías, el presidente estadounidense defendió el plan de estímulo económico promulgado el mes pasado para asegurar que ya comienza a funcionar y contribuirá a sacar al país de la crisis.

"Este país nunca ha respondido a una crisis sentándose en la banda y esperando a que la cosa mejore" ha dicho Obama. Su plan de estímulo prevé la creación de 3,5 millones de puestos de trabajo. La maltrecha economía de Estados Unidos vuelve a recibir otro golpe. Esta vez el nuevo dato del paro ha vuelto a superar las peores previsiones. La economía de EE UU perdió en febrero 651.000 empleos y el índice de desempleo subió cinco décimas hasta el 8,1% de la fuerza laboral, según ha informado hoy el Departamento de Trabajo. Es la peor tasa en 25 años. Entre los sectores más perjudicados, la industria manufacturera destruyó 168.000 trabajos, la de la construcción 104.000 y los comercios 39.500.

Los analistas habían calculado una cifra máxima de destrucción de empleo de 650.000 puestos, según la encuesta realizada por la agencia Bloomberg entre 80 expertos. La primera economía del mundo lleva tres mes acumulando pérdidas de en torno a 600.000 puestos de trabajo. En un principio, el pasado mes de enero EE UU perdió 598.000 empleos y en diciembre hubo una pérdida neta de 577.000 empleos. Las revisiones de las cifras de estos meses empeoran el panorama. Una vez corregida, la cifra de enero es de 655.000 y la de diciembre de 681.000 puestos de trabajo destruidos, según los datos del Departamento de Trabajo.

Desde que comenzó la recesión en EE UU en diciembre de 2007 el país ha perdido más de 4,4 millones puestos de trabajo, el ritmo más rápido desde 1945. La mitad de ellos desaparecieron en los cuatro meses que siguieron al colapso, en septiembre, de la firma financiera Lehman Brothers.

Malos datos, malas perspectivas

Con este repunte, en total hay más de 11 millones de estadounidenses sin empleo. Las previsiones no son nada halagüeñas e inversores y analistas temen que otras grandes empresas se sumen a la ola de despidos de los últimos meses en Macy's o Caterpillar y otras como Kodak, Starbuck's o Ford. En el punto de mira, la automovilística General Motors, que se encuentra al borde de la quiebra y donde peligran decenas de miles de puestos de trabajo. Ayer mismo, un grupo de auditores encargado de estudiar la viabilidad de la compañía alertaron del riesgo de quiebra del gigante del automóvil.

Además, la crisis global ha reducido drásticamente el consumo de productos estadounidenses en el resto del mundo, lo que no hace sino empeorar la situación y las perspectivas laborales.

Chavez sigue expropiando multinacionales


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La "revolución agraria" y socialista de Hugo Chávez se ha cobrado ya su segunda víctima. Sólo un día después de que el presidente venezolano anunciara la expropiación de la empresa arrocera estadounidense Cargill y amenazara con hacer lo propio con Polar, la principal firma de alimentación del país, Chávez ha anunciado esta madrugada (hora española) la intervención de 1.500 hectáreas de tierras de la productora de papel irlandesa Smurfit Kappa Group.

La filial que la trasnacional mantiene en el país está en el punto de mira del presidente, quien ha anunciado la nacionalización de la finca El Piñal, donde ésta cultiva eucalipto, además una segunda de 2.237 hectáreas, ambas ubicadas en el municipio Simón Planas, perteneciente al estado occidental de Lara.
"Vamos a explotar de manera racional esa madera y vamos a sembrar otras cosas allí: caraotas, maíz, sorgo, yuca, ñame..", ha asegurado el presidente venezolano.
Smurfit Kappa Cartón de Venezuela, S.A. es un grupo manufacturero que opera en el país desde 1954, donde posee una docena de instalaciones.

Corralito a los depósitos/bancos intervenidos/Ucrania se hunde


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Europa está a punto de asistir nuevamente al colapso de todo un país. Una nueva Islandia está por caer. Se trata de Ucrania que, junto al resto de países de Europa del Este, está sufriendo los avatares del crack más importante que sufre la economía mundial desde la Gran Depresión de 1929. Como en Uruguay y Argentina...corralito en Ucrania. Hay 9 bancos intervenidos.

foto: Primera ministra de Ucrania, Yulia Timoshenko

Olexander Pavlenko, un joven programador informático, es uno de los miles de ucranianos que no pueden retirar su ahorros del banco. Pavlenko telefoneó a la sede en Kiev (capital de Ucrania) del Nadra Bank y Ukprombank, dos grandes bancos del país, para pedir la devolución de 10.000 dólares depositados en ambas entidades. Sin embargo, al igual que a muchos otros ciudadanos, los bancos denegaron su solicitud."El banco me dijo: Lo siento, simplemente, el dinero no está disponible por el momento y no puedo ayudarle", informa Financial Times.

En la actualidad, el Banco Central de Ucrania ha intervenido nueve entidades, ahora bajo su control, para evitar su quiebra. La preocupación e indignación entre los ciudadanos va en aumento. Corralito financiero: De hecho, incluso las entidades aparentemente más sólidas, que están bajo el control de la gran banca occidental europea cuentan con problemas crecientes.

El regulador financiero de Ucrania ha prohibido la amortización anticipada de los depósitos a plazo, la forma más popular de ahorro en Ucrania. Es decir, se ha declarado un corralito financiero en el país para evitar una retirada masiva de depósitos y, por tanto, la quiebra de todo el sistema. No obstante, los depósitos bancarios nominados en moneda nacional se han reducido un 20% desde el pasado septiembre, un 10% en los de divisa extrenjera.

La situación es “muy grave”, según alertó el presidente de la Asociación de Bancos Ucranianos, Olexander Suhonyako. Por otra parte, el propio Estado está al borde de la quiebra. Su moneda ha sufrido una creciente depreciación a lo largo de los últimos meses y el Gobierno carece ya de fondos y reservas para poder hacer frente a sus pagos. Ucrania ha vivido en una burbuja económica gracias al crédito barato procedente del exterior.

En concreto, de la banca del centro de la UE que es la más expuesta a las economías emergentes del Este. El Estado, al borde de la quiebra. El riesgo de su deuda pública se ha disparado, encareciendo en gran medida el coste de la financiación que precisa el Gobierno para poder rescatar a su banca y afrontar la recesión económica que vive el país mediante planes de gasto público. En los últimos días el Ejecutivo que lidera Yulia Timoshenko ha intensificado los contactos con toda clase de organismos internacionales para evitar que el Estado entre en suspensión de pagos.

En concreto, Ucrania negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) la entrega inmediata de 16.400 millones de dólares a cambio de ciertas condiciones, como la de reequilibrar su déficit público que, en la actualidad, ronda el 2% del PIB. Las últimas informaciones al respecto apuntan a que finalmente se alcanzará un acuerdo en breve.Y es que, el dinero urge, y mucho. Ucrania se enfrenta a una nueva guerra del gas, como la sufrida el pasado enero, en donde el país se quedó sin su principal fuente de suministro energético en medio de un duro invierno con temperaturas bajo cero.

El primer ministro ruso, Vladimir Putin, advirtió el jueves de que Moscú podría interrumpir, una vez más, el suministro de gas a Ucrania si su vecino no cumple con los pagos acordados y cuya fecha límite expira este sábado.Guerra del gas. La gasista ucraniana Naftogaz indicó que había abonado ya hasta un 80% de la deuda correspondiente al suministro de febrero y que estaría en disposición de pagar el resto en las próximas horas. El retraso en el pago podría cerrar nuevamente la entrada de gas ruso.

Además, cabe tener en cuenta que Ucrania es el principal país de tránsito de las exportaciones de gas ruso hacia Europa.La economía ucraniana ha sufrido un rápido e intenso deterioro desde el estallido de la crisis en 2007. Sobre todo, en los últimos meses. Y ello, debido a la voluminosa deuda exterior que mantiene su economía, próxima a los 35.000 millones de dólares. Ucrania ha vivido a crédito, y toca pagar la factura. Sin embargo, la recesión se acentúa y la crisis pone en serios aprietos el cumplimiento de los compromisos financieros adquiridos por el Gobierno y, sobre todo, por el sector financiero y empresarial del país.

El PIB caerá más de un 7% en 2009Así, los analistas de BNP Paribas estiman que el PIB ucraniano podría sufrir una contracción próxima al 7,5% en 2009, al tiempo que se dispara el desempleo. Las dificultades económicas y financieras están provocando un creciente conflicto social. La incapacidad de los gobernantes para hacer frente a la situación, junto a la imposibilidad de los ciudadanos para rescatar sus depósitos, está provocando la ira de la población. Durante las últimas semanas, el país vive inmerso entre protestas sociales y huelgas de trabajadores. De mantenerse esta situación, el creciente descontento amenaza con transformarse en una bomba de relojería a nivel social, que podría conllevar la caída del actual Gobierno en las próximas elecciones.

La quiebra de un país del tamaño de Ucrania, con cerca de 46 millones de personas (similar a la población de España) no es una cuestión baladí. La caída de países de menor tamaño, tales como Letonia o la ya quebrada Islandia, tiene efectos mucho menores a nivel internacional. Y es que, si Ucrania cae se evaporaría por completo la escasa confianza que ya de por sí manifiestan los inversores en las economías emergentes del Este de Europa, con lo que podría acelerar el efecto arrastre sobre otros países de la zona. Es el caso de Polonia, por ejemplo, cuyas dificultades económicas también se acrecientan.Conflicto social, en augeAdemás, Ucrania es un enclave geoestratégico a nivel internacional, en el que las grandes potencias (UE y Rusia) pugnan por el control de recursos energéticos.

De hecho, la caída de Ucrania podría servir de excusa a Moscú para extender su influencia política sobre los asuntos internos del país, empleándolo en interés propio como ejemplo de lo que sucede cuando las repúblicas ex soviéticas adoptan un modelo de democracia de libre mercado."Telón de Acero"De hecho, éste es el diagnóstico de la primera ministra de Ucrania, Yuliya Timoshenko, quien advirtió del riesgo de que se produzca un nuevo “Telón de Acero” en el seno de Europa, debido al creciente deterioro económico y político que están sufriendo los países del Este excluidos de la zona euro. Por ello, en un reciente artículo publicado en el diario francés Le Figaro, Timoshenko reiteró la necesidad de que el Banco Central Europeo (BCE) acuda al rescate del Este europeo.